viernes, 21 de marzo de 2008

Jose y María

María y José se conocieron cuando éste fue contratado por el padre de María para construir un anexo a la casa. Ella le llevó una taza de agua a la hora del almuerzo; y así comenzó la relación de la pareja destinada a ser los padres de Jesús.
Se casaron de acuerdo con las costumbres judías, en la casa de María a las afueras de Nazaret, tras dos años de noviazgo normal. Poco después se mudaron a su nueva casa construida por José con la ayuda de dos de sus hermanos en la misma población. La casa estaba ubicada al pie de una elevación que dominaba un bello paisaje. Era una estructura en piedra de una habitación con techo plano y un edificio adyacente para los animales. Los muebles consistían en una mesa baja de piedra, vasijas de barro, platos y ollas de piedra, un telar, una lámpara, varios bancos pequeños y alfombras para dormir en el piso de piedra. Detrás de la casa , cerca de la construcción para los animales, había un tejado que protegía el horno y el molino para moler trigo. Se necesitaban dos personas para utilizar este tipo de molino ,uno para moler y otro para echar grano. En esta casa preparada con gran amor esperaban recibir al hijo prometido, sin saber que ese acontecimiento tan importante para el universo, ocurriría lejos de allí , en Belén de Judea.
La mayor parte de la familia de José creyeron en las enseñanza de Jesús, pero muy pocos parientes de María creyeron en él hasta después de su partida de este mundo.
José se inclinaba hacia el concepto espiritual del Mesías esperado, mientras que María y su familia, en especial su padre, mantenían la idea de un Mesías como liberador temporal y gobernante político. Los antepasados de María se habían identificado notoriamente con la actividad de los Macabeos de ese entonces.
José sostenía preceptos de la tendencia oriental o de Babilonia dentro de la religión judía; María por otra parte tenía una visión más liberal y amplia, occidental o helenística de la ley y de los profetas y un concepto más liberal de la libertad espiritual personal.

En ocasiones Jesús combinaba los rasgos de sus padres, en otras los rasgos de uno de ellos predominaban sobre los del otro.



La misma historia. La misma gran historia. El mismo milagro. Pero así es como yo la siento… aunque en nada cambiaría si fuera de otro modo.


22 03 08 V.Nas

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