sábado, 22 de marzo de 2008

El viaje a Belén

En el mes de marzo del año -8 de nuestra era, mes en que José y María se casaron, cesar augusto decretó que todos los habitantes del imperio romano debían ser contados y se realizaría un censo para mejorar el sistema de impuestos. Los judíos siempre habían estado en contra de los intentos de contar a la gente; este hecho añadido a las graves dificultades internas del gobierno de Herodes, rey de Judea, había conseguido el aplazamiento del censo en el reino judío por un año, por ese motivo en el reino palestino de Herodes se hizo un año más tarde el año -7.

No era necesario que María fuera a Belén para registrarse, pues José tenía autorización para registrar a toda su familia, pero María, siendo una persona enérgica y que amaba la aventura insistió en acompañarle. No quería quedarse sola durante la ausencia de José por si nacía el niño y deseaba aprovechar la cercanía de Belén a la Ciudad de Judá para visitar a su prima Elisabet.
José prácticamente prohibió a María que lo acompañara , pero no sirvió de nada; María preparó alimentos para los dos suficientes para tres o cuatro días. antes de partir José ya se había reconciliado con la idea y el 18 de agosto del -7 lo hicieron alegremente.
Eran pobres y solo tenían un animal de carga, Maria que estaba encinta cabalgaba el animal con las provisiones y José caminaba.
La primera noche acamparon junto al río Jordán y conversaban felices de qué clase de hijo les nacería; José lo veía como un maestro espiritual y María como un Mesías judío, un liberador de la nación hebrea.
muy temprano el 19 reanudaron viaje llegando por la noche a Jericó donde se alojaron en una posada. Conversaron con otros viajeros durante la cena de la opresión que ejercía el gobierno romano, Herodes, el censo y la influencia comparativa de Jerusalén y Alejandría como centros de conocimiento y cultura judíos y se retiraron a descansar.
Al medio día del 20 visitaron el Templo de Jerusalén y a media tarde llegaron a Belén.
La posada estaba repleta y José buscó alojarse con parientes lejanos, pero no había ni un solo cuarto en Belén, Al volver al patio de la posada se les informó que se estaban limpiando los establos para alojar a los viajeros.
Dejando el burro en el patio , cogieron las bolsas y provisiones y descendieron hasta el aojamiento, acomodándose en un cuarto para almacenar granos frente a los establos y los pesebres de los animales. Habían colgado cortinas de lona y se consideraron afortunados de conseguir n alojamiento tan cómodo.
José pensó en ir a registrarse inmediatamente pero María estaba cansada se sentía mal y le rogó que permaneciera a su lado.
Durante toda la noche ninguno de los dos durmió mucho , María estaba inquieta, y al alba los dolores de parto ya se habían evidenciado . Al mediodía del 21 de Agosto del -7 de nuestra era, María dio a luz un niño varón, que se envolvió en las ropas que su madre previsora le había llevado, colocándolo en el pesebre cercano.

Así nació el niño prometido de la misma manera que todos los niños que antes y desde entonces han llegado al mundo.




La misma historia. La misma gran historia. El mismo milagro. Pero así es como yo la siento… aunque en nada cambiaría si fuera de otro modo.


22 03 08 V.Nas


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