viernes, 28 de marzo de 2008

Diálogos con Ernes 5

................................................Foto Ernes





Cuándo me dices sobre tu no permanencia en la sintonía , solo a ratos , me haces recordar hasta que punto fui consciente en la dificultad que entrañaba el compromiso que adquiría con “mi ...” al aceptar su permanencia conmigo . No podía hacerle trampas El era conocedor y su permanencia era asumir su presencia con coherencia , no había medias tintas . Era un sí o un no , con todas las consecuencias . Entrañaba tanta renuncia y tanta entrega que le di vueltas durante mucho tiempo , pues sobre todo al principio , la evidencia de la necesidad de elección entre al menos dos opciones, la que me apetecía y la que debía , era continua . Pero en un momento determinado ante una elección indebida mi sentimiento de desolación y pérdida fue tan grande que durante mucho tiempo estuve mirando para El como sin atreverme a acercarme , como perdida ...
Y El me “dijo” en un momento indescriptible después de mucho tiempo con mi dolor ,“ven” y ya nunca más le perdí .

Desde luego que creo que todos somos hijos de Dios y todos procedemos de El, la misma fuente creadora ,exactamente como toda su manifestación creada , TODO somos hijos de Dios , cada manifestación creada con su naturaleza propia y la finalidad que El dispuso , pero todos sus criaturas , amadas , conocidas ,cuidadas...y comprendidas por Dios . Que no quiere de nosotros en cada momento una cosa diferente a la que somos . DIOS como el propio término que le aplicamos implica , no puede equivocarse , NO SE EQUIVOCA , no hace las cosas imperfectas para después corregirlas . El nos quiere así como somos tan imperfectos y perdidos en este valle de lágrimas porque eso es lo que tenemos que ser y nos toca en este estadío en el que nos encontramos .Esta es la realidad de conocimiento que nos corresponde y en ella nos alimentamos y crecemos en sabiduría tanto con lo que hacemos bien como con lo que hacemos mal . Somos originarios y receptores de nuestras propias vivencias y de sus consecuencias y de esa manera vamos creciendo al ritmo que nosotros mismos nos marcamos , mientras el observa y sonríe como un padre amoroso que ve tropezar una y otra vez a su hijo sin cogerle para que aprenda a caminar .


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