martes, 29 de septiembre de 2009

La educación


Se habla en estos días en este país, de si se debería de conceder a los profesores categoría de agentes de la autoridad, con el fin de que se limiten las faltas de respeto y agresiones que sufren, al poder ser sancionado el alumnado por la ley.
Cuando yo era una niña, era impensable la idea de desautorizar y mucho menos agredir a un profesor.
Pero eso, no nos lo inculcaban en la escuela, sino en nuestras casas.

De pronto los padres, comenzaron a discutir las disciplinas de las aulas, y los chicos a crecerse en sus atribuciones.
Un buen día comenzaron las sanciones a las medidas disciplinarias de los profesores, como atentados contra la libertad de los alumnos amparados por las asociaciones de padres.
Los docentes se definieron profesores de materias pero no educadores.

Más tarde, llegaron los defensores del menor contra las medidas disciplinarias de los propios padres.
Hoy hay leyes que prohíben dar un azote en el culo a tus propios hijos.

- Hace unos días me encontraba en restaurante para el almuerzo, y llegó una familia con una niña de unos cuatro o cinco años. Se sentaron dos mesas a mi derecha. La niña comenzó a dar la lata con sus chiquilladas y sus antojos… yo solo pensaba en los señores de la mesa vecina, que tenían que soportar tan de cerca una situación altamente lamentable.
Pasado un tiempo excesivamente largo, aquel padre se cansó del consentimiento de la madre y de la abuela, tal vez dándose cuenta de hasta qué nivel todos los allí presentes estábamos molestos en nuestro día de descanso; y la llamó al orden diciéndole que se sentara. La pequeña respondió tirándose al suelo con la pataleta más increíble e histérica que yo jamás he presenciado en un establecimiento.
No había forma de levantarla del suelo, dejaba sus miembros sueltos y era imposible aguantarla en peso convulsionándose sin parar. Los gritos eran cada vez más agudos y chirriantes… aquel padre no pudo imponer disciplina de ninguna manera, a aquella hija que sin duda se merecía un buen azote dado a tiempo, que no recibió nunca.
Cuando los comentarios de los comensales se hicieron oír en el sentido de que aquello no se podía consentir…. La abuela se levantó del asiento para mimarla y decirle que le iba a comprar un regalo, saliendo con la cartera a darle el premio que la contentara…

Bien, no estoy aquí para emitir juicios de valor. Ni para determinar por qué se ha podido llegar a situaciones tan extremas.

¿Todos los padres son tan permisivos? … NO
¿Todos los profesores son justos?......NO
¿Todos los chicos son intratables, descarados y consentidos?.... NO


La combinación de múltiples circunstancias que pueden tener que ver con reales carencias en el ámbito global de la educación, es lo que ha tenido que ser consecuencia de la actual anarquía.
Todo es muy complejo para considerarlo en cuatro palabras, pero creo que; el que se tenga que acreditar como agente de la autoridad a un profesor para impartir enseñanza, como en un cuerpo de seguridad ciudadana, es un gran síntoma de decadencia.
Y una de las causas, pienso yo, está en que no todo el mundo sirve para enseñar con educación, que es de lo que se trata… ni para criar hijos cívicos tras haber sido niños malcriados, como muchos en las últimos treinta años… No se puede enseñar como no se conoce, lo que no se conoce…
Hay tres carreras a mi modo de ver que no deberían ser tratadas como medios de ganarse la vida, y para las que habría de exigirse probada vocación y plena entrega, estas son; el sacerdocio, la medicina y la educación de los nuevas generaciones.
Un educador que se preste, debe proyectar en sus alumnos un estímulo tal por conocer las consecuencias de lo que aprenden cada día, que siempre tengan ganas de pasar la página como en una historia interminable de colaboración y entendimiento de las causas y los efectos de todo aquello que tiene que ver con la evolución en el hombre y el universo al que pertenece.
Aquél que no consigue motivar con entusiasmo aquello que está descubriendo al conocimiento de otro, ni es maestro, ni debe dedicarse a ello… puede ejercer cualquier otro menester con más acierto.
Un alumno que cuando entra por el aula disfruta de lo que encuentra y comparte, si se revela, es posible que no sea secundado por sus compañeros… buenos apreciadores del día a día , y sean las propias iniciativas del colectivo las que le exijan el comportamiento atento que se requiere para el avance.

Una vez más, dejo un parcial, sobre temas difíciles de generalizar, y que requieren múltiples parciales de visión para ser tratados.

V.Nas

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