miércoles, 28 de mayo de 2008

Vivo en Dios... Por Dios... y Para Dios.- Comentario de Elisa Lattke



















Y Quién no, querida mía. Intuía que los celajes no se pierden tras el ocaso de las tardes, sino que se esconden para jugar con el alba. Y honesta y rendida, apenada y preocupada te pido perdón.



Eres la ninfa de las estrellas. La poseedora de todo beneficio espiritual. Ya lo sabes. Siento haber roto una pequeña rama seca en mi andadura despertando tu curiosidad. Los lirios del camino se han asomado espiando nuestros pasos… Me he sonrojado y he temblado a pesar del tiempo que me lleva de su mano. La elocuencia no es silencio y menos si se anda de puntillas por entre algunos parajes... El tiempo cibernético nos delata. Einstein tuvo la culpa… No supe que este ruego, el tuyo, dejado en el foro con delicada simpleza, al que yo contestase en un arranque alzado pero no dañoso, infravalorara lo desconocido o quién en realidad estaba tras una nota escueta, lesionando tu sentida Fe y esa bella sensibilidad que te acompaña. Y eras tú, ninfa querida. Tus lazos de amor no me dejaron ver el color de la humildad en el ruego. Humana razón para entender la difícil existencia que con tan breve tiempo nos tiene y, no sacar o substraer sus mejores contenidos. Para mí es honesta la lección y justa, que me aplico. Se aprende de las apariencias que se quedan por los caminos. Son como hendiduras que entorpecen o frenan la prisa de nuestros pasos haciendo que perdamos el equilibrio de una supuesta seguridad. Y pasa que... se nos enfrenta ante nosotros la cordura del reproche sano con un beso en la mirada, tomando vida propia; esta suele ser la magia que espera al peregrino aunque nunca se busca. Un 'jacobeo' particular. Son caminos de sed, dolor, miedo, despecho, esperanza, satisfacción, ingratitud, amor y regocijo y más. Creo que estarás de acuerdo conmigo en la esencia del frugal acierto.



Siento, -reitero-, haber ofendido la parte de tu FE si fue así y no la esencia que compartimos, la que no está lejos de la mía, tú lo dices... No lo hice inteligible, apropiado, correcto y depurado entre el cedazo inagotable de toda fuente de palabras. No amplié más sobre la herida propia... Ya ves qué cosas. ¡Palabras amadas y comprendidas de nuestro lenguaje vivo! Las que sólo el arte de la brevedad sugiere en esa percepción que su lectura nos regala. No, no fue mi deseo. Porque en el fragor interior de las mezclas de mi sangre y del bullir de todo sentimiento que 'coloca' ya a mis años, no se es tan preciso con la prisa a pesar de todo el tiempo que me tiene, ni tan exacto con las palabras que cubren retiradas sin ninguna duda. Las que pueden expresar el sentido de lo que nunca se discute, aceptadas, amadas y deseadas de ser leídas, porque son el producto de lo más hermoso que llevamos en nuestro bagaje de peregrinos. Son pan con miel, pan con aceite y pan con agua, sino, cómo se podría entender el dulce sabor del 'maná' que se ansía, para ahitar el hambre de tantos trovadores que te tienen ahora. Ese mismo con el que nuestro Dios alimentase a los israelitas en el desierto…



Tú les ofreces esa mano tendida con la caricia de tus propios versos. Gotitas de rocío sobre la acritud de tantas desesperaciones o la belleza sentida de sus propias alegrías al son del ritmo con su rima. Versos libres o ajustados a la métrica.



Pero quiero que sepas quien se esconde tras ese y este escrito: Soy parte del río de la misma vida... Una ínfima parte de mi misma en un todo necesario. Mi memoria se hace un remanso en el atajo del arroyo donde se aquieta cantarina el agua en cada meandro o recodo. Tengo inefables recuerdos de mí misma en el horizonte de muchas despedidas terrenas. No te asustes. Soy la que está y nunca termina de irse porque siempre llega... Soy un ser feliz y pedigüeño, humana necesidad de la vida que nunca tiene fin cuando nos tiene con ella. Soy el –Yoyo- con el que juega la eternidad. La que fue y la que vino como la brisa en cada primavera. Soy real por ahora, sólo por ahora; un hada que ha tomado figura humana, llena de misterios, sentida en el tiempo y conocida. Soy el manto suave de la noche que se desnuda asustada ante la mirada de los montes, la que arde de pasión y trémula se deja caer en los brazos de la vida o en el tibio abrazo de la tarde; los que me cubren con sus besos cada día. No temo a la muerte, ella sabe de mí y yo de ella. El ayer, hoy y el mañana son míos y Dios lo sabe como sé que EL sabe quienes son los invitados, mientras espero en el quicio de la nada. Soy el comodín del dolor y la alegría. Tú fuiste su esclava antes y ahora y yo, fui igualmente el espejismo de un tiempo en que me tuvo, ahora tan solo sabe que ya he sido para siempre suya y no se preocupa por mi suerte. Me tiene segura, no te preocupes, mi Fe está por encima de los hombres. Puedo guardar mi anonimato, pero podré intercambiar pareceres, si es tu deseo. Aunque me temo que saben de mí y quien les cuenta...



Me has hallado y me has descubierto en esta locura de los versos y la prosa. Acaso si dices mi nombre me descubro ya del todo, pero los conocidos ya lo saben. Es tu elección y no me importa. Habrá quien me regale sus versos, flores entre las páginas de mi vida. Sólo yo sabré el momento de quien las puso allí. No, no juego al escondido aunque llevo el espíritu de la infancia conmigo, no es un juego, es algo tan serio como el llanto del mismo niño que reclama el regazo de una madre. Hoy, la limosna que pidieras te la dejo en la escudilla de la oferta de tus manos. No sé si podré llenártela, porque ya la llevas llena. Alguien me dijo en esta terúlica existencia estas palabras: "El hombre es un ser eterno, como individuo de sustancia espiritual vivió antes de venir a la tierra." Y yo sonreí mientras el valle de mis sueños se escondía entre los suspiros de mis agrestes montes; sentí la dicha de pertenecer al que pintó su vivo retrato, el que siempre está ante los ojos de los que miran sin ver nada… Y los que están en todos los que se respetan y aman.



Tu y yo sabemos... no somos diferentes en los primordiales conceptos que tratamos. Tranquila, si he suscitado ruido en la hojarasca... Este es mi mundo... y no he pasado por desapercibida y este era mi deseo. Gracias. Podremos tratar muchas cosas. Soy un ser sencillo y honesto, tan solo asalto caminos por ser patosa o 'patilarga' y más... Caminos desconocidos para perderme entre el bullicio y volver sobre mis pasos. La humedad de los montes me reclama. La alegría no es siempre eterna si depende de las 'virtuales' técnicas que hacen de este foro algo interesante, son parte también de otros espíritus generosos que hacen de la vida sea una ocasión u oportunidad; son como pozos de lluvia que buscan las gaviotas lejos de la costa, para calmar su sed en la gran ciudad. Pero lo más importante de todo esto que nos ocurre es que permanece 'la chispa' del ingenio interior, viva como cualquier semilla en fértil tierra… Si alguna vez no estoy es porque estoy sembrada y floreceré mañana o en cada primavera. Este es el éxito que busco. Estar y ser, no otro.



Elisa


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