jueves, 3 de septiembre de 2009

El Cinismo


Foto de V.Nas
El CINISMO


Es una religión nacida de los predicados del misterioso Melquisedec, personaje que aparece en diferentes textos y que ha sido relacionado y confundido con muchos otros personajes históricos de relevancia religiosa en los fundamentos de varias religiones.
Pertenece a los albores de la historia de las religiones, y esto lo que decía esta doctrina:


«Dios es supremo; es el Altísimo del cielo y de la tierra. Dios es el círculo perfeccionado de la eternidad, y rige el universo de los universos.
Él es el único hacedor de los cielos y de la tierra. Cuando decreta una cosa, esa cosa es. Nuestro Dios es un Dios único, y es compasivo y misericordioso. Todo lo que es elevado, santo, verdadero y bello es semejante a nuestro Dios.
El Altísimo es la luz del cielo y de la tierra; él es el Dios del este, el oeste, el norte y el sur.
«Aun si la tierra hubiera de perecer, la faz resplandeciente del Supremo permanecería en majestad y gloria. El Altísimo es el primero y el último, el principio y el fin de todo. No hay sino un solo Dios y su nombre es la Verdad. Dios es autoexistente, y carece de toda ira y enemistad; es inmortal e infinito.
Nuestro Dios es omnipotente y generoso. Si bien tiene muchas manifestaciones, adoramos solamente a Dios mismo. Dios lo sabe todo: nuestros secretos y nuestras proclamaciones; conoce también lo que cada uno de nosotros merece. Su poder es igual a todas las cosas.
«Dios es un dador de paz y protector fiel de todos los que le temen y en él confían. Da salvación a todos los que le sirven. Toda la creación existe en el poder del Altísimo. Su amor divino surge de la santidad de su poder, y el afecto nace de la fuerza de su grandeza. El Altísimo ha decretado la unión del cuerpo y el alma y ha dotado al hombre de su propio espíritu. Lo que el hombre hace debe llegar a un fin, pero lo que el Creador hace continúa para siempre. Obtenemos el conocimiento de la experiencia del hombre, pero derivamos la sabiduría de la contemplación del Altísimo.
«Dios derrama la lluvia sobre la tierra, hace que el sol brille sobre el grano maduro y nos da la abundante cosecha de cosas buenas de la vida, y la salvación eterna en el mundo que viene. Nuestro Dios ejerce gran autoridad; su nombre es Excelente, su naturaleza, insondable. Cuando estás enfermo es el Altísimo quien te sana. Dios está lleno de bondad hacia todos los hombres; no tenemos mejor amigo que el Altísimo. Su misericordia llena todo sitio y su bondad abarca todas las almas.
El Altísimo es inmutable; él es el que nos ayuda en todo momento de necesidad. Dondequiera que dirijamos nuestra mirada al orar, he allí la faz del Altísimo y el oído atento de nuestro Dios. Puedes esconderte de los hombres, pero no de Dios. Dios no está lejos de nosotros; él es omnipresente. Dios llena todos los lugares y vive en el corazón del hombre que teme su santo nombre. La creación está en el Creador y el Creador en su creación. Buscamos al Altísimo y luego lo encontramos en nuestro corazón. Vas en pos de un amigo querido, y luego lo descubres dentro de tu alma.
«El hombre que conoce a Dios considera a todos los hombres como sus iguales; ellos son sus hermanos. Los que son egoístas, los que ignoran a sus hermanos en la carne, sólo tienen cansancio por recompensa. Los que aman a sus semejantes y los que tienen un corazón limpio verán a Dios. Dios nunca olvida la sinceridad. Él guiará a los de corazón sincero a la verdad, porque Dios es verdad.
«En vuestras vidas destruid el error y venced el mal por el amor de la verdad viviente. En todas vuestras relaciones con los hombres haced bien por mal. El Señor Dios es misericordioso y amante; es indulgente. Amemos a Dios, porque él nos amó primero. Por el amor de Dios y por su misericordia seremos salvados. Los ricos y los pobres son hermanos. Dios es su Padre. El mal que no querrás que te hagan, no lo hagas a otros.
«En todo momento invoca su nombre, y según creerás en su nombre, así tu oración será oída. ¡Qué gran honor es adorar al Altísimo! Todos los mundos y todos los universos adoran al Altísimo. Y con todas tus oraciones da las gracias —asciende para adorar. El culto piadoso rehúye del mal y prohíbe el pecado. En todo momento, alabemos el nombre del Altísimo. El hombre que se abriga en el Altísimo oculta sus defectos del universo. Cuando compareces ante Dios con el corazón limpio, nada temes en toda la creación. El Altísimo es como un padre y una madre amantes; realmente nos ama a nosotros, sus hijos en la tierra. Nuestro Dios nos perdonará y guiará nuestros pasos por los caminos de salvación. Nos tomará de la mano y nos conducirá a su presencia. Dios salva a los que en él confían; no compele al hombre a servir su nombre.
«Si la fe del Altísimo ha penetrado en tu corazón entonces morarás libre de temor todos los días de tu vida. No te inquietes a causa de la prosperidad de los impíos; no temas a los que traman maldades; aparta el alma del pecado y pon toda tu confianza en el Dios de la salvación. El alma cansada del mortal errante encuentra descanso eterno en los brazos del Altísimo; el hombre sabio anhela el abrazo divino; el hijo de la tierra anhela la seguridad de los brazos del Padre Universal. El hombre noble busca ese elevado estado en el cual el alma del mortal se mezcla con el espíritu del Supremo. Dios es justo: el fruto que no recibamos de nuestra siembra en este mundo lo recibiremos en el venidero».


*Se denomina escuela cínica (del
griego κυων kyon, ‘perro’), denominación despectiva por su frugal modo de vivir, a la fundada en Grecia durante la segunda mitad del siglo IV a. C. El griego Antístenes fue su fundador y Diógenes de Sinope uno de sus filósofos más reconocidos y representativos de su época. Reinterpretaron la doctrina socrática considerando que la civilización y su forma de vida era un mal y que la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza. El hombre llevaba en sí mismo ya los elementos para ser feliz y conquistar su autonomía era de hecho el verdadero bien. De ahí el desprecio a las riquezas y a cualquier forma de preocupación material. El hombre con menos necesidades era el más libre y el más feliz. Figuran en esta escuela, además de los ya citados, Crates de Tebas, discípulo de Diógenes, su esposa Hiparquía, y Menipo de Gadara.
Los cínicos fueron famosos por sus excentricidades, de las cuales cuenta muchas
Diógenes Laercio, y por la composición de numerosas sátiras o diatribas contra la corrupción de las costumbres y los vicios de la sociedad griega de su tiempo, practicando una actitud muchas veces irreverente, la llamada anaideia. Ciertos aspectos de la moral cínica influyeron en el estoicismo, pero, si bien la actitud de los cínicos es crítica respecto a los males de la sociedad, la de los estoicos es de mera indiferencia. *

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