viernes, 17 de septiembre de 2010

Comunicar

Foto de V.Nas





Todo depende de los motivos que impulsan a escribir los textos, especialmente los poéticos o filosóficos.
Se trata de hacer llegar a otro, un paisaje, un sentimiento, un retrato,una idea, una pasión …
Se deben ajustar los términos concisos con la percusión ansiada .
Eso es una vibración interna de carácter cuasi eléctrico que permanece en corta circuito hasta que encajan las justipiezas.
No solo es labor de cerebro, es armonía de fuerzas sin límites de banda e impacto, conocimiento del lenguaje, y huída de lo fácil, que no de lo simple muchas veces .
Las imágenes coloristas pero desajustadas, solo contribuyen a la verborrea de la pincelada sin trazo fino; a la comunicación vacía, al trabajo basto, muchas veces insalvable incluso musicalmente. Los recursos fáciles solo son válidos si en el contexto es precisamente lo simple lo que mejor detalla el argumento, lo que mejor perfila lo esencial . Y los recursos rebuscados de poco sirven si no se colocan en el lugar propicio y de forma coherente a la dinámica de lo expuesto.
El texto ha de repercutir en quién lo recibe de alguna manera, lo ideal es que el impacto proyecte la intención del autor y además revuelva las propias lecturas y estructuras de nuestro pensamiento en una onda expansiva, nos motive .
En cambio cuando se leen una sucesión de líneas que evidentemente grafían, pero no dicen, no con la policromía ajustada , no con la pincelada en el punto sino  con cierta distorsión; la sensación es de la de algo que no permanece, que no se asienta, que no perdura y que además no consigue lo que pretende.
Aún en el caso de que se trate de una provocación.
A la larga, es mostrar algo completamente inútil .
V.Nas

1 comentario:

A. Elisa Lattke Valencia dijo...

(Perdón, lo había dejado en otro lado este comentario)

Será por eso que siempre ando para hacerlo tan de mi mano y mi cerebro, el trazo que perfila mi alma. Necesito completar la ansiedad borrando lo superfluo, dejando sólo la esencia, esto es así porque de otra manera cuando vuelvo a leerlo no me dice nada, lo que antes era parte de mis sentidos físicos y no parte de lo que siente mi alma.

Buen texto, magnífico, le subiré al Reader. Tiene valor el argumento de corazón que nos regalas.
Para qué la creatividad si no se le extrae el zumo real, que se deposita en el convencimiento de saber utilizar el campo semántico con la palabra ajustada, precisa, pieza clave en el verso o poema y la prosa; y tanto más que obliga a revisar continuamente un texto.
Debe haber Amor y convencimiento por lo que se escribe pero también cómo y para qué se hace cuando realmente lo importante es que nos llene, es como afirmar los propios sentimientos y conocimientos, las experiencias y lo más genuino de cada existencia tal como lo describe; cuando lo que se espera que llene, empezando por su artífice, es ya lo más honesto que se puede regalar su autor por ser el mismo.
Hay textos que se leen lo mismo al contrario y aún son igualmente bellos, como ocurre en la lírica.

¡Gracias por tan preciosa lección!
Mi abrazo con el alma. Elisa.
18 de septiembre de 2010 15:39