jueves, 24 de mayo de 2012
Check-out
Los jóvenes de hoy son el futuro… y ante ciertas circunstancias surge la pregunta ¿Qué clase de futuro?
La impresión es de que:
Conocen de derechos pero nada de deberes… y si no, aún peor, se los pasan por el forro
Tienen tendencia al ocultamiento de las faltas. Las discuten abiertamente como si trataras de inculparles injustamente… y cuando se les pone la evidencia ante los ojos… comienzan la manipulación del por qué ellos no tienen nada que ver y todo es un accidente.
No se ven irresponsables, sencillamente es que no son ni se sienten responsables de nada de lo que hacen… la vida es un juego continuado o aún peor una broma en la que ellos juegan el papel de bromistas y el resto de sufridores.
Aún cuando se manifiestan reivindicando que sabe qué sobre realidades que aún no han tenido tiempo de conocer y por lo tanto ni siquiera pueden sopesar… parecen estar de romería. El caso es pedir más y mejor de lo que sea , pues la realidad es que no conocen ningún tipo de sacrificio ni está dispuestos a esforzarse ni luchar por la vida ni por nada que requiera “trabajo”.
Cuando hablan y se comportan en colectivo y muchas veces particularmente, parecen trasformarse en un aparente ente tribal en la que la agresividad y el vocerío es el lenguaje, recordando a las berreas de apareamiento de los cérvidos.
Alguien dirá no se puede generalizar, y es cierto, pero la observación objetiva te pone ante los ojos más de esto que de lo contrario.
Todo esto y mucho más se me pasó por la cabeza mientras observaba la reacción de unos estudiantes aparentemente universitarios cuando en el Check-out tuvieron que hacer frente a los desperfectos que habían originado en las instalaciones, cuyas evidencias se hacían notoriamente palpables.
Los encargados de recepción ,los responsables del hotel ,los aparentes profesores todo el mundo lo pasaba mal… menos ellos que solo tramaban cómo darle la vuelta a la tortilla.
V.Nas
miércoles, 23 de mayo de 2012
No verás los ojos que esperas
Demasiado iguales
para ceder. Demasiado orgullo para dar un primer paso.
Quedaba tiempo, mucho
tiempo, y sería el tiempo el que propiciara el momento íntimo de las
confidencias, de las confesiones, de los arrepentimientos... y tal vez de la
manifestación del amor que se profesaban.
Entrañaba un peligro
que se eludía por parte y parte... porque había preguntas, muchas preguntas,
demasiados ¿Por qué...?
Muchos, muchos...¿Por
qué?...¿Por qué? Dolorosísimos ¿Por qué?
Una vida entera de
lágrimas, de sentimientos de soledad y ausencia... de paria, de esfuerzos por
ganar reconocimiento a golpes de meritaje ante ojos ciegos para lo que no
amaban. Pero había tiempo, mucho tiempo...
...El tiempo se
partió como un palillo triscado por un insensato en una décima de segundo
durante una expresión de fastidio en los ojos hacia quién tampoco esperaba el
golpe... y la última mirada no encerraba nada sino vacío.
Los por qué vuelan
como oscuras moscas que deboran el corazón mientras la mente las espanta.
El autoanálisis
fuerza al sistema emocional a la
aceptación comprensiva.
Y los arañazos
cicatrizan en retorcidos surcos o se abren en fuentes sangrantes que se tragan
donde nadie las vea.
Mientras los pulsos
de la vida repican de un sístole a un diástole ¿ Por qué?
V.Nas
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