jueves, 13 de marzo de 2008
Crónica
Crónica
Ocho y media de la mañana.
El mar se retira tras una noche de bramidos y embestidas al muro de contención.
Las señales de su fuerza aún chorrean del paseo hacia el agua que anega toda la arena de la playa. Polluelos de gaviota arrebatados de sus nidos pasean por las losetas húmedas.
Las olas ,todavía importantes, comienzan a verse mucho más pequeñas.
Luces cambiantes en esta mañana soleada y cálida.
Es un paseo agradable, lento, tranquilo y un tanto solitario a pesar de la hora, aunque se encuentran amigos que van al trabajo.
Un beso, un saludo y la mentira gentil… continúo con pasos lentos mirando un mar , en parte tostado por la arena, gris oscuro o cubierto de grandes puntillas, siempre cantando su fuerza, su ritmo; siempre compañero acompañante, cómplice de profundas miradas hacia un interior a veces gris, a veces verde o azul.
Y siempre , siempre, la paz que necesitas.
V.Nas 120308
Ocho y media de la mañana.
El mar se retira tras una noche de bramidos y embestidas al muro de contención.
Las señales de su fuerza aún chorrean del paseo hacia el agua que anega toda la arena de la playa. Polluelos de gaviota arrebatados de sus nidos pasean por las losetas húmedas.
Las olas ,todavía importantes, comienzan a verse mucho más pequeñas.
Luces cambiantes en esta mañana soleada y cálida.
Es un paseo agradable, lento, tranquilo y un tanto solitario a pesar de la hora, aunque se encuentran amigos que van al trabajo.
Un beso, un saludo y la mentira gentil… continúo con pasos lentos mirando un mar , en parte tostado por la arena, gris oscuro o cubierto de grandes puntillas, siempre cantando su fuerza, su ritmo; siempre compañero acompañante, cómplice de profundas miradas hacia un interior a veces gris, a veces verde o azul.
Y siempre , siempre, la paz que necesitas.
V.Nas 120308
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